La colección de pintura realista de Erika Alfiero, basada en la técnica de la grisalla, muestra el resultado de un proceso creativo profundo y meticuloso aprendido en el taller del maestro Francisco Vázquez. La grisalla, que utiliza únicamente tonos grises, permite destacar los detalles y jugar con las luces y sombras, creando una sensación de profundidad en cada obra. A través de este enfoque, Alfiero logra capturar la esencia de sus sujetos con una gran precisión, mostrando cómo la transición del gris al color puede transformar una imagen, aportando vida y emoción. Cada pintura en esta colección refleja su visión personal del realismo, destacando tanto su técnica como su sensibilidad artística.